- Experta en la industria señalan que estas nuevas directrices son un desafío para ambos sectores y que permitirán mejores planificaciones, evitando conflictos entre los vecinos y productores locales.
La nueva ley de parcelaciones en Chile ha comenzado su proceso regulatorio y actualmente está en discusión en el Congreso Nacional. Esta normativa establecerá pautas claras para lograr un uso ordenado y sostenible de terrenos rurales; su objetivo es diferenciar entre los usos agrícolas de los terrenos rurales y aquellos destinados a fines residenciales.
Esta nueva normativa también busca mejorar la convivencia entre los desarrollos residenciales y las actividades productivas en zonas rurales, asegurando que ambos sectores puedan coexistir de manera más armónica y ordenada.
Cecilia Fajardo, Gerente de Valoración y Consultoría de Transsa señaló que: “El proceso de subdivisión de terrenos rurales ha estado regulado por un marco normativo de excepciones que data de principios de los años 80, permitiendo la división de predios rústicos sin una planificación adecuada ni una regulación efectiva”. Como resultado, se han creado parcelas en áreas sin infraestructura básica, como caminos, agua potable o electricidad, lo que ha impactado negativamente tanto a los nuevos residentes como a las comunidades vecinas.
¿Podría esta nueva ley afectar al ámbito habitacional y agrícola?
Según la experta en valoración y consultoría dijo que uno de los principales efectos de la ley será en los precios de las parcelas y viviendas en zonas rurales, ya que al establecer estándares mínimos de habitabilidad e infraestructura, los costos asociados al desarrollo de estos proyectos debieran aumentar. Sin embargo, esta mayor inversión también se traducirá en desarrollos más sostenibles y con mejores condiciones de vida, lo que podría atraer a compradores que busquen proyectos de mayor calidad y seguridad.
“Para el mercado inmobiliario formal, la ley es una oportunidad, ya que aporta claridad sobre los requisitos que deben cumplir los desarrolladores. De este modo, el sector rural se acerca más al mercado urbano en términos de regulación y formalización, lo que puede beneficiar tanto a compradores como a vendedores. Además, con reglas más definidas, es probable que el número de proyectos irregulares disminuya, promoviendo un desarrollo de proyectos más ordenado” explicó Fajardo.
Por otro lado, se visualiza de forma positiva tanto en las comunidades agrícolas como en los nuevos residentes de áreas rurales. Desde Transsa, comentaron que “el punto de vista habitacional, los futuros desarrollos deberán garantizar condiciones básicas de habitabilidad, lo que mejorará la convivencia y la calidad de vida de los residentes. En cuanto al sector, la nueva ley protege las actividades productivas al restringir el uso de terrenos agrícolas únicamente para fines residenciales, manteniendo un equilibrio entre los diferentes usos de la tierra”
En cuanto a las consecuencias, para los pequeños productores, la nueva ley presenta un desafío, ya que tendrán que cumplir con normativas más específicas para mantener su producción. Esto podría ser complicado para algunos, por lo que se espera que entidades públicas implementen apoyos adicionales, como incentivos fiscales, para que estos agricultores puedan seguir operando de manera sostenible.
Finalmente, “en el ámbito habitacional, la principal consecuencia es que el encarecimiento de los terrenos puede limitar el acceso a parcelas más asequibles. No obstante, se espera que este aumento de precios esté justificado por la mejora en las condiciones de los proyectos y la infraestructura disponible, lo que favorecerá a largo plazo a quienes decidan establecerse en zonas rurales”, concluyó Fajardo.
Gentileza de Portal Agro Chile y Transsa